La ruina es una disrupción natural; la ruina
podría ser antiarquitectura porque la ruina representa la decadencia, la
mortalidad, un lugar para nadie mientras la arquitectura busca trascender al
tiempo (Unwin,2017) y busca un lugar para el hombre. Y sin embargo, un país sin
ruinas parece no tener profundidad en su cultura ya sea cualquier causa que
origine el estado de ruina; sea causas humanas o ambientales.
Las ruinas son documentos que brindan
información sobre la historia de sus habitantes y su declive, convirtiéndose en
un vehículo más de la memoria colectiva.
Es inevitable que cada vez que se progresa se
hace ruina porque nuestra concepción del tiempo es lineal y por ende la idea de
progreso va hacia adelante, claramente una concepción moderna (Sztajnszrajber,
2016).
La fotografía muestra a la iglesia antigua de
Huayucachi.