Recordar y Olvidar
¿Dónde debemos recordar a nuestros deudos?
Primero recordamos desde nuestras
emociones en lugares no habitables como nuestros recuerdos, una foto, una
forma... Segundo, desde lugares habitables como una casa antigua, un cementerio,
un cenotafio u otro.
¿Por qué en otras ocasiones los olvidamos?
Por falta de un lugar habitable para
recordar y ausencia de lugares no habitables (fotos, placas, etc.). Es decir,
resistir desde la memoria para no olvidar. ¿quién recuerda a un héroe que no
está en los libros?
Hay alguna acción del Ande que nos
permite recordar para el devenir: si, son las apachetas que de forma repetitiva
vamos replicando en los mismos lugares donde las encontramos. Casi simulando
una réplica de un Apu o ingresando en una Huaca. Las apachetas contienen
características singulares como ser referencia espacial, elemento de un nuevo
paisaje, señal de frontera y lugar de descanso y protección:
·
Referencia Espacial: Ubicados siempre a lado de un
camino, mitad de un camino o en las cumbres altas.
·
Puntos en el Paisaje: Ubicados para complementar el
paisaje que cambia según van modificando los caminantes.
·
Señal de frontera: En cambios de accidentes geográficos para
descubrir montañas y quebradas.
·
Lugar de descanso y Protección: lugares de sentido de seguridad porque alguien más estuvo ahí a la
vez protegidos porque alguien ya habito estos territorios.
Proyecto y La Apacheta
El proyecto es una apacheta habitable
a 3532 m.s.n.m. que no solo se observa desde afuera sino desde el interior
direccionando sus vistas en distintos niveles. Vistas desde un paisaje
fantástico entre lo urbano y rural. Paisaje construido entre el Ande, el
arquitecto y la sociedad.
Desde arriba observamos lo que otros
arquitectos nos dejan como legado positivo o negativo y meditar sobre ello ya
sean ruinas, casonas, edificios, construcciones o entornos urbanos. Y que finalmente
nosotros también cerraremos nuestros ojos algún día y leerán nuestro legado de
la misma manera.
Hay cuatro vistas en la apacheta que se
dirigen a los cuatro puntos cardinales siendo el Este y Oeste dos de las vistas
más importantes e impactantes.
Su recorrido va desde el sótano de
-1.20 m donde encuentra el lugar de colocar ofrendas y sagrario, hasta los 9
metros de altura con una circulación interna y continúa permitiendo el descanso
en cada bloque planteado.
Esta propuesta invita a soñar y
recordar de quienes ya no están. Permite llorar y permite ser nostálgico en un
lugar íntimo y privado iluminado con velas y flores donde el viento llega
tímidamente (semisótano). Mientras en la parte superior permite ascender a la
luz y al paisaje desde arriba se transforma en un espacio continuo e integrado
con suaves trazos de luz indirecta y cenital que ilumina nuestros pasos. Aquí
descubrimos vanos y descansos para contemplar y enmarcar que los vientos se
materializa con fuerzas que acarician o golpean constantemente recordando lo
amable y agreste del Ande.
Es un lugar para repetir ritos como
pedir permiso al lugar para ingresar o para ofrendar.
Equipo de trabajo:
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